como cunado eramos niños y cuidavamos a un  cachorro. Como si la vida nos dependiera de ello.

Con miedo y nervios

Todavía lo recuerdo:

Yo salia de mis clases de baile. Ese día había venido papa y mama.

Mi padre estaba aparcado en la acera con los intermitentes puestos.

Y mi mami estaba en la puerta de la academia, con su fiel melena rubia.

Yo la mire con mi cara de gracias por cuidarme y quererme.

Y ella me  miro como si fuera una personita chiquita y frágil.

Pero que a su vez esta le ofrecía amor.

Cuando llegue  a mi lado me tendió la mano y me pregunto como había ido mi clase, le respondí que muy bien.

Al salir me condujo a la puerta del copiloto.

Yo estaba confusa ya que eso no era normal, pero mi inocente mente pensó que era para saludar a papa.

Mami me dijo que me diera prisa, que hacia frió. Me apresure y abrí la puerta.

Y entonces la vi. Estaba en la bufanda de mi mami, era tan chiquita.

Levanto su cabeza y me miro con esos dos molinitos de café que tiene como ojos.

Ese día conectamos.

Nadie nunca me había mirado así. 

Sus ojos tan solo decían cuídame porque entonces me quedare para siempre.

Ese fue mi 2 para siempre.

Hoy en día sigue siendo el mejor regalo que me hicieron nunca.

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