Estereotipos.

Imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo con carácter inmutable.

Antes de leer este texto, quiero pedirte un favor.

Mira tu armario, y comprueba la talla de cada pantalón que encuentres en el. 

Estoy segura de que no más de 3 prendas coinciden en cuanto a tallas. Me da igual si tienes una 34 o una 45, puesto que probablemente, ninguna de esas coincide con tu verdadera medida.

Los seres humanos tenemos una capacidad inhumana para clasificar a la gente; por números, por sexo, por tallas...

Desde tu posición en la lista del Kinder, hasta tu número en la seguridad social, tu talla de pantalón o tu peso mensual. ¿De verdad quieres seguir siendo un número el resto de tu vida? Por qué alguien tiene que decidir qué número soy? Y si no quiero que me traten como un número? 

¿Y si no quiero ser un número y quiero que me traten como lo que soy? Una persona

Lo más triste de esto es que nosotros mismos lo provocamos.

Un ejemplo de ello es que parece que por pasar la talla 36 cometes pecado, sin embargo tener una 80 de pecho es no tener pecho, por ello recurrimos a liposucciones, implantes y no sé qué más intervenciones.

 Atentados con nuestra vida por una simple cifra. Una cifra que al único lugar donde nos lleva es al abismo.

¿No creéis que ya basta?

Somos personas con derechos, merecemos respeto. Pero no podemos pretender que nos respeten si nosotros mismos no respetamos, no sólo a los demás si no a ti y a tu cuerpo Que más da si eres pelirroja. Que más da si mides 1'75 o 1'60. Que más da si eres blanca o morena, si vienes del norte o del sur. Que más da

Si eres tú. Eso te convierte en única. Por tu forma de ser, de reír, de pensar, de existir.

Quíerete, pero quíerete bien. Como cuando eras niña y no importaban las cicatrices ni las alturas o medidas.

Quíerete pero como la niña que eras y la mujer que eres.


Esta maravilla de foto es de @marinaneirafotos y la increíble modelo es @evabadecaracol